Una de las creencias populares es que si tienes el pecho pequeño significa que no vas a tener suficiente leche, por lo que tendrás que suplementar con leche artificial.
Pero esto no es real. En muy pocas ocasiones una madre no podrá dar lactancia materna a su hijo o no tendrá suficiente leche, pero eso no será debido al tamaño del pecho.
El pecho está formado por tejido glandular, que es similar de unas mujeres a otras. Su forma es lobulada, como si fuera un "racimo de uvas". Este tejido glandular es el que se va a encargar de fabricar y almacenar la leche.
Por otro lado está el tejido adiposo, que es la grasa que hay en el pecho. Esta grasa sí que va a ser la que le de el volumen y la forma a la mama.
De esta forma podemos encontrar pechos muy voluminosos o pechos pequeños pero ambos tienen el tejido glandular que es el que se necesita para la lactancia.
De manera que todos los pechos son válidos para la lactancia, independientemente de su forma y volumen.
Como hemos dicho antes, sólo hay contadas excepciones en las que realmente se va a producir poca leche o la lactancia materna va a estar contraindicada y el tamaño del pecho NO es una de ellas.
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