Acné en el embarazo

Durante el embarazo se producen una serie de cambios en la piel, entre los que pueden aparecer acné incluso en mujeres que nunca han tenido anteriormente.

Eso se debe a cambios hormonales, que estimulan la producción de sebo, para mantener la piel flexible. El problema ocurre cuando se obstruyen los poros de la piel causando así manchas y acné.

Si la mujer ya tenía acné, posiblemente este puede empeorar especialmente en la piel de la cara, pecho o de la espalda. 

El acné puede aparecer con más frecuencia en el primer trimestre, pero a medida que avanza la gestación suele ir mejorando. En otras ocasiones no se vuelve a la normalidad hasta un tiempo después del parto.

Para prevenir la aparición del acné podemos seguir una serie de consejos:

  • Mantener la piel limpia. Se aconsejan dos lavados al día, uno por la mañana y otro antes de acostarse. Si utilizas maquillaje es importante que te desmaquilles bien, especialmente antes de ir a dormir. Utiliza un jabón libre de aceites para no aumentar la grasa de la piel.
  • Utiliza protector solar, especial para pieles grasas y que no contenga ácido paraaminobenzoico, que aparece también con las siglas PABA. Este ácido se debe evitar aplicar durante el embarazo y en lactantes, porque puede causar en altas dosis reacciones alérgicas, hipoglucemias, urticaria, problemas intestinales, hepáticos, etcétera.
  • Bebe mucha agua.
  • Evita tocarte las espinillas para que no se infecten.

Existe otro tipo de acné que empeora durante el embarazo. Este acné se conoce con el nombre de rosácea, y además de manchas en la piel puede aparecer enrojecimiento facial en mejillas, nariz y barbilla.

La rosácea es una enfermedad crónica y no tiene cura total, pero si existen formas de prevenirla o al menos de paliar sus síntomas y mejorar el aspecto de la piel:

  • Utiliza todos los días protector solar de al menos factor 30. Además debes reducir la exposición al sol.
  • Si el clima es cálido evita hacer demasiado ejercicio.
  • Evita consumir comidas muy condimentadas, picantes y las bebidas calientes.
  • Reduce el estrés.
  • Evita los contrastes de temperatura: Mucho frío o mucho calor.
  • No te laves la cara con agua caliente. Es preferible utilizar agua micelar especial para rosácea en lugar de agua para la limpieza facial.
No obstante en ambos casos, tanto en el acné como en la rosácea, debes consultar con tu médico quién será el que te aconseje el mejor tratamiento en cada caso y realice el diagnóstico diferencial.

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