Actualmente existe un programa de detección precoz de sordera o hipoacusia en el recién nacido.
Está detección es de gran importancia porque la audición juega un papel importante en el desarrollo del lenguaje, en el aprendizaje y en la relación social. Y de cada 1000 nacimientos 5 de ellos sufrirán problemas de audición.
Para ello se realiza una prueba sencilla a todos los recién nacidos antes del alta hospitalaria, preferiblemente después de las primeras 48 horas de vida.
Está prueba conocida como otoemisiones, consiste en enviar un sonido al oído y ver cuál es la respuesta que se obtiene.
Esta prueba es muy sencilla y rápida de realizar y no le causa ningún efecto secundario ni molestia al bebé.
En ocasiones es posible que haya que repetirla especialmente si alguno de los oídos del recién nacido tiene acumulado líquido amniótico o mucosidad, etc. Pero no es motivo de preocupación, porque a la siguiente puede que todo salga correctamente.
Detectar de forma precoz la sordera en el recién nacido, ayuda a poner en marcha precozmente un tratamiento y evitar problemas en el desarrollo y en el aprendizaje.
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