Muchas mujeres embarazadas tienen miedo de que en el momento del parto su bebé tenga el cordón umbilical enrollado en el cuello. Oirás que la matrona o ginecólogo hablan de circulares o vueltas de cordón.
No obstante esto es algo qué ocurre con relativa frecuencia. Se calcula que alrededor de tres de cada diez partos vienen con vueltas de cordón.
Hay ocasiones en las que el bebé lleva más de una vuelta. En mi experiencia profesional lo máximo que he llegado a ver han sido tres circulares.
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Y en otras ocasiones el cordón no aparece enrollado al cuello sino en otras zonas, como en el cuerpo, lo que se conoce como bandolera, o en las extremidades.
El cordón umbilical no siempre tiene la misma longitud. De manera que es más frecuente que aparezcan circulares cuando se trata de un cordón largo.
Existen diferentes estudios acerca de los efectos que puede causar una circular. Algunos de los estudios indican que pueden tener efectos adversos pero otros en cambio afirman que no se puede establecer una relación causal con la existencia de esta circular. En lo que sí parecen estar de acuerdo es que en caso de producirse efectos adversos estos suelen ser temporales y se resuelven sin problemas en la mayoría de los casos.
El cordón umbilical es muy resistente y está envuelto en una gelatina que le confiere protección para garantizar en todo momento una buena oxigenación fetal.
Podemos concluir que las vueltas de cordón son relativamente frecuentes y en rarísimas ocasiones pueden ocasionar problemas a largo plazo en el bebé.
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