¿Es bueno utilizar chupetes?

 El uso del chupete en países desarrollados está muy extendido, porque ayuda a calmar el llanto de un bebé e incluso a conciliar el sueño. La succión es un reflejo natural del bebé siendo una fuente nutritiva pero también de tranquilidad y confort. De esta forma ayuda a resolver situaciones de estrés o preocupación en los padres.

Pero el uso de chupetes tiene también efectos negativos. A continuación pasamos a explicar las ventajas y desventajas del uso de los chupetes.

La Asociación Española de Pediatría recomienda no utilizar chupetes en los niños alimentados al pecho hasta que la lactancia esté bien instaurada, es decir hasta que el bebé no tenga más de 4 o 6 semanas. El uso del chupete de forma precoz puede causar confusión en el recién nacido,  ya que para chuparlos el movimiento de la mandíbula, de las mejillas y de la lengua es diferente. Esta confusión puede dificultar el agarre y la aparición de grietas en el pezón, entre otros problemas.

En cambio en los niños alimentados con biberón sí que se aconseja el uso del chupete porque previene el síndrome de muerte súbita del lactante

Además, cuando el bebé está ingresado en el hospital se ha visto que el uso del chupete es un excelente método no farmacológico para disminuir el dolor cuando se realizan procedimientos o pruebas dolorosas. 

En el caso de niños prematuros se ha visto que el uso del chupete tiene otro efecto positivo ya qu disminuye el tiempo de ingreso hospitalario.

Se aconseja que el uso del chupete no se prolongue más allá del primer año de vida del bebé porque puede causar problemas dentales, infecciones de oído, etc. 

Los problemas dentales son reversibles siempre y cuando su uso no se prolongue más allá de los 3 años de edad. Si la succión continúa cuando están saliendo los dientes permanentes pueden aparecer problemas en la colocación de los dientes y en la estructura de la boca.

Además algunos estudios indican que el uso del chupete puede influir en la duración de la lactancia materna haciendo que se abandone antes. Aunque otros estudios cuestionan estos resultados o los contradicen.

Pero, ¿qué chupete es el mejor? Cualquier chupete es válido siempre que cumpla la normativa AENOR:

  • Estar hecho de plástico
  • Tener bordes redondeados
  • Tener una anilla o tirador que permita extraerlo de la boca
  • La tetina no puede ser superior a 3,3 cm. 
  • La base del chupete debe ser lo suficientemente grande para evitar que el niño pueda introducirse todo el chupete en la boca, con el consiguiente riesgo de asfixia.
  • Que no se pueda separar en partes pequeñas para evitar riesgo de atragantamiento y asfixia. Se aconseja no colgarlo con una cadena o cinta en el cuello para evitar riesgo de estrangulación. Si se utiliza cadena no debe superar los 22 cm.
Por último añadir que aunque exista la percepción de que chuparse el dedo es un acto natural y, por lo tanto saludable, lo cierto es que los especialistas coinciden en que es bastante más peligroso llevarse el pulgar a la boca que usar un chupete. La presión que ejerce el pequeño al succionar el propio dedo, causa una deformación del paladar que dificulta no sólo las funciones de masticación y deglución de los alimentos, sino que, además, puede repercutir negativamente en el desarrollo del habla.

De manera que el uso del chupete tiene ventajas e inconvenientes y habrá que valorar en cada situación individual si uso es recomendable o no.

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