El consumo moderado de café no está contraindicado durante la lactancia materna.
Pero si la dosis es superior a 300 mg al día, lo que equivaldría a más de una taza y media de café, entonces si se observan efectos secundarios en el lactante como nerviosismo, irritabilidad e insomnio. Además dosis elevadas disminuyen la cantidad de hierro que se excreta en la leche materna provocando también anemia en el lactante.
No obstante hay que tener en cuenta que en los bebés prematuros y en los recién nacidos la cafeína se metaboliza más lentamente, por lo que su efecto es mayor, al estar presente durante mayor tiempo en el organismo.
Otro factor que debemos tener en cuenta es en qué momento tomamos el café, porque la cafeína pasa rápidamente a la leche materna, alcanzando su nivel máximo en 60-90 minutos.
Además tarda unas 5 horas en eliminarse del organismo. Por lo que si esperamos un tiempo desde la ingesta del café hasta que se da de mamar al bebé conseguiremos disminuir la cantidad de cafeína que pase a través de la leche.
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