El uso de probióticos para tratar el dolor en el pezón, las grietas y las mastitis o para prevenir su aparición durante la lactancia materna está aumentando.
Según aparece recogido en la página web e-lactancia.org, el uso de probióticos tiene un riesgo bajo para la lactancia y se considera bastante seguro.
No obstante también indican que no hay pruebas científicas válidas de que el uso de probióticos sea eficaz para tratar mastitis o el dolor mamario.
Además advierten que su uso indiscriminado puede retrasar otros tratamientos eficaces además del alto coste económico que suponen.
Indican que faltan pruebas para valorar de que administrados vía oral puedan llegar a la leche.
Además pueden modificar parcialmente la composición de la leche. Se ha visto que pueden modificar los lípidos y ciertos factores inmunológicos. Aunque sus efectos e importancia todavía no son bien conocidos.
De manera que antes de empezar a tomar probióticos debes consultarlo con tu médico.
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