La atrofia vaginal es un trastorno en el que la mucosa vaginal se vuelve más delgada y reseca, lo que aumenta el riesgo de problemas vaginales y urinarios. Por eso a la atrofia vaginal también se le conoce como trastorno genitourinario.
La vagina en condiciones normales no es lisa sino que sus paredes presentan múltiples pliegues o rugosidades pero cuando aparece la atrofia vaginal estos pliegues desaparecen. Además disminuye el tamaño de los labios mayores y menores, e incluso la entrada de la vagina, lo que puede dificultar las relaciones sexuales.
La atrofia vaginal es un problema que aparece especialmente durante la menopausia, aunque también puede producirse en otras circunstancias como durante la lactancia materna o por la toma de medicamentos que disminuyen la producción de estrógenos (tratamiento para la endometriosis, cáncer de mama,...).
La causa principal es hormonal por el descenso de estrógenos en sangre. Aunque el riesgo de sufrir atrofia vaginal aumenta también con el tabaquismo y si nunca se ha parido.
La sintomatología es muy variable pudiendo pasar de no tener ningún síntoma a tener alguno o todos los siguientes:
- Falta de lubricación vaginal
- Sensación de ardor en la vagina o al orinar
- Dolor o molestias en las relaciones sexuales, lo que se conoce como dispareunia.
- Ligero sangrado durante el coito
- Sensación de querer orinar frecuente
- Incontinencia urinaria
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